Algunos lo llamaban faraón a sus espaldas, otros decían que era un viejo aristócrata medio loco. Pero cuando encuentran el cuerpo de Lloyd Lancaster sin vida con una espada curva clavada en el pecho y una carta del tarot egipcio en la mano, todos sus familiares se reúnen tras los muros de su antigua mansión afligidos por su pérdida. O eso es lo que dicen.

El tiempo corre y la gente habla. Algunos dicen que es un hechizo antiguo, que la sangre de Lancaster está maldita; Otros creen que es simplemente alguien de la familia que espera sacar un buen pellizco de su testamento: tal vez su melancólica esposa, tal vez su hijo rebelde y promiscuo, o tal vez la anciana matriarca, que nunca aprobó sus creencias paganas.

El invierno ha caído sin descanso en Ashwood, un pequeño pueblo cerca de Inverness, perdido en las Tierras Altas de Escocia. Es viernes, por lo que la Trompeta Ruidosa está repleta de viejos apestosos y pescadores curtidos que se refugian de la ventisca para beber y escuchar música. Y por supuesto, también está ella. Sentada al piano, Vivien Green pasa sus ágiles dedos sobre las teclas al ritmo del jazz. Los años han pasado sin piedad para ambos, pero Arthur McLendon, un policía recién retirado, llega a buscarla por última vez. Le acaban de encargar un nuevo caso. Uno que no parece nada fácil.

El jolgorio continúa y el ruido llena el ambiente. Aunque basta alejarse un poco para percibir el rugir del viento contra las ventanas, el sonido de los copos de nieve cayendo sobre los techos y el aullido del perro solitario. El silencio. El sonido de la muerte.

Lazos de sangre es la primera novela de Adrià Guxens.

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